Desde esta perspectiva pareciera que lo matérico sucumbe frente a lo virtual, aunque en términos reales podríamos hablar de una coexistencia plenamente establecida donde lo presencial ya no se concibe sin lo virtual, y en el caso de esta crisis global de salud, lo último viene a complementar el lado que quedó aniquilado por la contingencia: organización, comercio, educación, trabajo, información y ocio, quedaron solventados desde la pantalla de nuestros dispositivos. Y por otro lado da esperanza en el potencial tecnológico para el pronto desarrollo de la tan anhelada vacuna, (los especialistas señalan que más de una veintena de desarrolladores ya están trabajando en ello y esperan resultados satisfactorios en los próximos 12 meses.).